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lunes, 16 de marzo de 2009

No estás

Y no estás. Llego a casa embriagada por unas cuantas cervezas que han decidido instalarse en mi cuerpo tras una jornada de trabajo. Paseos por un pasillo, no lo suficientemente largo como para defender la pantalla del ordenador de miradas indiscretas y paredes no lo suficientemente gruesas como para disipar comentarios inoportunos.

Llego a casa y no estás. Fumo un cigarrillo mientras, recostada en el sofá, veo pasar el tiempo. Ahora transcurre más lento, porque es momento de relax, porque estoy sola y observo los recovecos de la gran habitación que me rodea, porque los ojos se me cierran y me cuesta pestañear. ¿Por qué?

Claro que sí...Porque no estás.

Contesto al teléfono, sueño con que una voz se asome al otro lado y me pregunte qué tal, me lance un par de bromas, me haga reir y...sí, haga que mi día haya valido la pena. Pero no estás.

Y me conformo, me satisface lo que sea, un guíño, un beso en la distancia, lo que sea... Porque no estás.

Pero sueño, sueño historias que ójala fueran reales y me distraigo con la idea de que, un día, eso sueños, simplemente, se hagan realidad. En realidad es sólo un sueño, el sueño de que tú estás.

1 comentario:

Mer dijo...

eeeeh esto me suena jijijiji